Semejanzas y diferencias entre procesos de dinside y mindfulness

Ambas técnicas pueden ser incluidas dentro de lo que hoy conocemos como terapias de 3ª generación, centradas en la vivencia del momento presente, y destacando por dos principios básicos que son:

  1. Principio de aceptación; según el cual se sugiere que la persona deje de luchar contra sus síntomas
  2. Principio de activación; según el cual, el sujeto reorienta su vida hacia nuevos valores.

Se trata pues de un cambio de enfoque por el cual la atención va ahora a estar más centrada en las soluciones, y no tanto en los problemas.

Hasta aquí el dinside y el mindfulness  navegarían por el mismo océano, pero lo que añade el primero es un proceso de trasladar el pasado al presente para conocer con más profundidad lo que se mueve en nuestro terreno intelectual, emocional, y motriz. Todo ello con la finalidad de potenciar la creatividad a la hora de plasmar nuevos intentos de solución para situaciones ante las que la persona se encuentra inconforme.

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El practicante del dinside es por naturaleza una persona exploradora que busca transitar por nuevas tierras dentro de su misma psiquis, a la que no le importa equivocarse, pero que por principios no consiente hacerlo siempre de la misma manera. Buscará más que entrar en tediosas introspecciones en las que al final se movería sólo dentro del campo de lo teórico, adentrarse en terrenos mucho más prácticos y funcionales  que permitan a la persona experimentar nuevas sensaciones con las que paso a paso ir «afinando el tiro» hasta encontrar la alternativa que mejor responda a cada una de las situaciones que se le presenten.

Todo esto bajo el principio de que lo que hoy me es útil para responder a una situación, puede que mañana no lo sea. Por lo cual, la persona que desarrolla su capacidad de dinside siempre estará ávida para probar nuevas perspectivas ante cada circunstancia que se le presente.