Cómo arruinar a mi propia empresa
Posted in Psicoterapia y Psicología LaboralEl elixir no secreto de este maléfico plan es sencillo, no necesitaremos de movimientos complejos, tan sólo se trata de ser un poco constantes y reincidir siempre en lo mismo.
En primer lugar, deberemos tomar como base de nuestra acción, la desconfianza, un elemento que nos va a garantizar el éxito, y además podemos apoyarnos en el famoso dicho de «piensa mal y acertarás», …»si uno no está bien atento a lo que hacen sus empleados en cualquier momento te la pueden jugar»,… con ello ya tenemos la materia prima de nuestro ansiado mejunje.
Con estos elementos ya sólo se tratará de dejarnos arrastrar, y observaremos como continuamente nos asalta el impulso de ir a revisar y controlar lo que puedan estar haciendo, se tratará de darles indicaciones muy a corto plazo, que ellos no tengan que decidir absolutamente nada.
En poco tiempo observaremos como nuestros colaboradores fortalecen la represión a cualquier iniciativa que se les pudiera ocurrir, un buen síntoma será cuando los empecemos siempre a ver en actitud de espera, aguardando nuestras indicaciones. Además ello nos permitirá auto-exculparnos, consiguiendo así la ansiada ruina sin pensar que fuimos los culpables, podremos decir eso de «..yo hice todo lo que estaba en mis manos»
Otro beneficio añadido será que con su pasividad encontraremos cada vez más motivos para incrementar los controles sobre lo que están haciendo y dinamitar cualquier conato de iniciativa que pudieran tener. Consecuentemente su pasividad ira «in crecendo» y de esta manera el círculo del éxito será completamente nuestro, la ruina la tendremos ya en nuestras manos.
Quedará un panorama en el que podremos divisar a nuestros colaboradores paralizados como estatuas de sal, y a nosotros como zombies completamente desquiciados y sin tiempo para lo que realmente deberíamos hacer. Una fórmula que inequívocamente nos conducirá al fracaso.
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